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No siempre daré la respuesta correcta. http://www.queridalarissa.tumblr.com

domingo, 11 de diciembre de 2011

Veintisiete

Nunca pensé que llegaría el día
en que nuestros cuerpos se encontrarían



Me encuentras, me llevas hacia la pared, me besas, me recorres cada parte de mi cuerpo con tus dedos.
Siento como tu aliento me calienta el cuello y como tus ojos se están grabando cada uno de mis gestos, como es que tu mano izquierda se encuentra con mi cadera y la derecha con mi cabello y lo enredas.
Y empezamos a acalorarnos dentro de esa habitación mientras el termómetro marcaba tres bajo cero. 
A lo lejos creo escuchar la sirena de una ambulancia pero solo me consentro en tu respiración, en tu aroma.
Sin darme cuenta estábamos en la cama… te amaba, eso lo sabías.
Quizá te aprovechabas de mis sentimientos o tal vez en el peor de los casos tú también me amabas y si fuera así, estaríamos condenados a amarnos a partir de ese momento y pasado el tiempo, perdernos…




domingo, 30 de octubre de 2011

No nos olvidaremos.

El orgullo no mata al amor,
mata a la relación.

ÉL:

-         La vida sigue, me repito para mis adentros.
      Con o sin ella.

Mis días se vuelven una rutina, por más que haga cosas nuevas no estoy con ella y eso hace que todo sea tan… igual.

¿Dónde estará en estos momentos?

La imaginaba estudiando, caminando por el parque, yendo al cine, quizás comiendo en algún restorán de comida italiana. Pero cada vez que la imaginaba, la visualizaba sola, aún sabiendo que no era así.
Supongo que yo quería creer que esa era la manera en la que vivía ahora, tal cual como yo lo estaba haciendo.

A veces, por no decir siempre, antes de dormir la recuerdo riendo. Dudo que puedan imaginarse semejante sonrisa.
Acto seguido de imaginarla tan feliz, viene un pinchazo, ¿quién será aquél que le vaya a sacar sonrisas ahora?

Creo que nunca lo sabré, ella está tan lejos y yo la herí tanto con mi adiós que es imposible que alguno de los dos hagamos algo por recuperarnos. Pero estoy seguro que no nos olvidaremos.





ELLA:

-         La vida sigue, me repito una y otra vez para mis adentros.
      Con o sin él.

Mis días se vuelven una rutina, por más que haga cosas nuevas no estoy con él y eso hace que todo sea tan… igual.

¿Dónde estará en estos momentos?

Lo extraño tanto cada mañana, escribo y borro mensajes diciéndole y preguntándole tantas cosas. ¿En qué momento me convertí en esas personas que viven esperando un milagro?
Cada vez que estoy en un lugar lleno de personas te busco, aún sabiendo que tú estás lejos. Creo que de cierta manera te sigo esperando.

A veces, por las noches siento como si me pensaras o quizás quiero creer que lo haces, tal y como yo lo hago.

Creo que nunca lo sabré, fuiste claro al decirme que no querías verme más. Y puede que pase el tiempo y todo siga igual, que tú y yo no nos volvamos a hablar. Pero estoy segura que no nos olvidaremos.




Si tan solo supieran que están a una llamada de volverse a tener.

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jueves, 13 de octubre de 2011

Hablando a solas

"A palabras necias, oídos sordos"

Me miro al espejo y preparo palabras que decirte.

"Hola, ¿Cómo has estado?.. Te extraño"

No, así no debe ser.

"Hola, Sé que te sorprende que te esté 
llamando pero te he echado tanto tanto de menos.."

No, no. Así tampoco. 

¿Cuántas veces no me escuchaste decir que no te necesitaba? 
Y mírame ahora: preparando palabras que sé no escucharás.

Todavía recuerdo aquél día, 
ni siquiera sabía que podía gritar tan fuerte.
Puedo ser tan mala cuando me lo propongo pero recuerda: 
mi corazón estaba roto.

Aún no se en qué momento me convertí en esta persona.
En verdad lo lamento.

Ahora me doy cuenta de que se me olvidó decir en voz alta todo lo que eras para mi.

Y sé que si llamo no contestarás, pero cariño 
la verdad es que yo no espero que lo hagas.
Cada llamada que he hecho es para darte a entender que no me he rendido... 
Todavía.


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miércoles, 12 de octubre de 2011

Adiós mi amor.

Quizá tarde o temprano tendrá que pasar,
pero hoy no podemos estar el uno sin el otro.


Llegué a la casa dando un portazo digno de ser la cereza del pastel 
de aquella pelea que acababa de terminar.

             – Adiós… Nos dijimos adiós. – Me repetía una y otra vez en mi cabeza.

¿Cuántas veces no nos habíamos dicho esto antes?
Buscaba la manera de expresar cómo me sentía 
y describir cada una de nuestras despedidas. 

Con esto, decidí pintar el lienzo en blanco que tenía 
lleno de polvo en la esquina de mi habitación.
Pasé toda la noche mezclando colores
 con sentimientos y el resultado fue perfecto.
Había logrado hacer en una pintura el “adiós”
 tan repetido a lo largo de nuestra relación.

Siempre lo decíamos y acto seguido nos arrepentíamos.
         – Nuestro “Adiós” – Me dije – Nunca será para siempre.


Adiós amor…

domingo, 17 de julio de 2011

Cansada

¿Qué se le dice a alguien que no entiende razones?

- Hola..
- ¿Qué quieres?

Así es el inicio de una plática que no lleva a nada.

- Quisiera hablar contigo.
- Estoy ocupado.

Ahí es cuando aparece el tan famoso "nudo en la garganta".

- Es sólo un momento, prometo que...
- Lo siento pero no.

Se hace el silencio y la persona con corazón de piedra cuelga.

Hay veces que una persona intenta sentir menos dolor lastimando a alguien más.
Eso haces tú con ella.
Y mientras tú la ahuyentas, él la consuela.
Poco a poco vas perdiendo su cariño por que alguien más tomó la decisión de quererla.
Y tú en tu soledad vas a pensar "Ojalá la hubiera dejado hablar".


Días lluviosos

Bajo la lluvia cualquier lágrima se disfraza.

Ha llovido tanto estos días que se me complica vestirme con una sonrisa.
Si te dijera que eso no me hace extrañarte, mentiría.
El cielo esta nublado, mis pensamientos empapados.
Por mi ventana, cada gota que resbala me recuerda a ti.
La gota que cae por un cristal se lleva a su paso a todas las que encuentra.
Así como tu adiós con todo arrasó.



Rain days

viernes, 15 de julio de 2011

Día 504

De esas veces que tu corazón grita 
y tú guardas silencio.


Vi como te ibas azotando la puerta.
Me dejaste sin palabras.
¿Cómo esperar arreglar algo si ninguno de los dos habla?

Para ti no hay tiempo fuera, la pelea se termina cuando alguno de los dos llora.
Todos los colores que habíamos creado se juntaron e hicieron un negro profundo.

Caímos en la trampa.
Arruinamos nuestro mundo.
Agotamos los recursos para estar juntos.
Se terminó eso de dar marcha atrás y con estas nuestras ganas de hablar, de intentar.

Me pediste que me alejará lanzándome una mirada de advertencia.
Y me quede ahí, sentada en ese sillón individual gritándote que cambiaría la cerradura de la puerta.
Ahí fue cuando te fuiste y la azotaste.
La verdad es que nunca la cambié, pero eso tú no lo sabes...
Nunca regresaste.





Aurora

Tal vez poniendo un mar de distancia  te olvide.


Creo que nunca me había sentido tan agitado.
Corrí desde el muelle hasta la cocina de mi casa donde se encontraba mi mamá.

- Madre, le acabo de encontrar un sentido a la vida.
- ¿Otro? - contestó en tono jocoso.
- ¡No te burles, porfavor! Es una oportunidad única. El hombre que te vende el salmón, ese de aspecto gracioso, me pidió que fuera su ayudante en ir en busca de mejor pescado hacia el norte. ¡Es un viaje de 3 a 6 meses!
- Hijo, por favor, ¿te estas escuchando siquiera? Tu padre y yo no te daremos permiso que te vayas a quién sabe donde con un hombre que apenas conocemos. Me alegra ver que tienes algo de vitalidad, considerando lo mal que quedaste despues de que esa muchachita... ¿Cómo es que se llamaba?

Se me hizó un nudo en la garganta.

- Aurora, mamá.
- ¡Esa! Te dejara. Lo siento hijo pero no será posible.

Le dí un beso en la mejilla y le dije que entendía y que iría a mi habitación.
Me tomó 10 minutos hacer mi maleta; hice mi carta de despedida y me fui.

Al llegar al muelle, el hombre que me acababa de contratar me dijo que dejará mis cosas en su bote, que no tardaríamos en zarpar y señaló uno color azul.
Estaba tan contento de poder alejarme de aquél lugar donde todo me la recordaba.
Y al llegar al bote me llevé una sopresa, el bote en el que yo pasaría tanto tiempo se llamaba como ella.


Se te olvidó

Quiénes olvidan rápido no corren 
con la suerte de ser recordados.


Se te olvidó quererme un poco más pero no importa.
Se te olvidó cumplir tus promesas pero no importa.
Se te olvidó vaciar todos los cajones cuando te fuiste pero no importa.
Se te olvidó que era delicada y me quebraste pero no importa.
Se te olvidó pensar en nosotros pero no importa.

Me dolió mucho pero, ¿acaso importa?
Voltea atrás y ve el desastre que causaste.
Si el caos se representará con algo sería en como me dejaste.
Soy todo un desastre, se te olvidó que es muy fácil desorientarme.
Pero ya no importa.



lunes, 11 de julio de 2011

Carta a un amor perdido

Hay amores que nunca se olvidan 
por que nunca se les perdona.



La chica de apenas 17 años se limpia las lágrimas , deja el teléfono y empieza a escribir palabras para esa persona que creía indicada.

Comenzó.

¿Recuerdas la noche que te conocí? Fue hace tanto tiempo y aún así esa memoria permanece intacta.
Iba vestida de color escarlata y tú con una camisa que hacia resaltar tu sonrisa.
Esa vez entendí desde un principio lo distintos que éramos... y aún así cuanto nos quisimos.

Te preguntarás por qué llamé. Bien, esperaba que fuera el del pasado quien contestará.
Dime, ¿dónde lo tienes encerrado? 

Prendió un cigarro vicio que él siempre había odiado.
Ella creía que esto serviría de inspiración, no sabía qué decir en esa carta que no hubiera dicho antes.

Continuó.

¿Cuánto daño no hemos hecho?, ¿cuántas palabras hirientes no se nos escaparon?, ¿cuántas lagrimas no hemos reclamado a gritos?, Y sobre todo ¿cuánto no hemos cambiado?
Te has vuelto frío, intolerante, cruel y me atrevo a decir que un excelente actor. Y al momento de leer esto has de estar diciendo: Lo aprendí de la mejor.

Sí. Cambiamos. Por lo tanto cambió lo que teníamos y se nos desmoronó.

Pero nos queremos ¿cierto?


Se imaginó su voz diciendo un "No es suficiente".
Ella lo conocía tan bien.

Para ti nada es suficiente. Por mas que lo intenté esto se torno algo irreparable, hay cosas que simplemente no tienen arreglo.
Culpas a todo, a todos... pero no te culpas a ti.
Cometo errores, pero ¿tú estas libre de equivocaciones? Tus gritos, tus palabras cortantes, oraciones con malas intenciones, son algo que debo perdonar, ¿verdad?

Escribo esta carta con la única intención de decirte adiós.
Hubo un tiempo que me hiciste mucho bien pero eso ya pasó.
Sabes que me esforcé por que no terminará pero no puedo obligarte a luchar por algo que no quieres y yo... yo no estoy dispuesta a llevar sola una carga tan pesada.

Puedes olvidarme, yo prometo recordarte. 

Terminando de escribir abrió y cerro su mano.
Le dolía por haber escrito todo eso con la mano tan tensa, tratando de lastimar al papel como una vez la había lastimado él.

Encendió otro cigarro, miro su carta y la quemó.

No le iba a avisar que se iría, simplemente lo haría. Sin decirle siquiera un adiós a esa persona que una vez tanto amó.




viernes, 8 de julio de 2011

Brindo por tu recuerdo

"Tú, si Tú...Corré y Escondete, 
Que Mi Rabia Hacia Tí...no Tiene Limitación Alguna"



Un trago.. La pienso.
Dos tragos.. La extraño.
Tres tragos.. La observo.

No importa qué haga, 
ella me acompaña.

La quiero conmigo, 
pero su presencia mata.

Veo sus ojos y le pido que se marche.
Me ignora por completo mientras
 se arregla su cabello color azabache.

¡Ella no me quiere!
Si lo hiciera nunca se habría ido.

Le he gritado que la odio, 
que la desprecio.
Creo incluso que le he dicho 
un "no te quiero".

Y aún así su recuerdo me atormenta.
Ya hizo su hogar en mi cabeza.



"El Bebedor de Absenta" de Viktor Oliva

jueves, 23 de junio de 2011

Llamada perdida.

           Me desperté a mitad de la noche aquél día de verano, algo que se estaba volviendo usual en mi.

-¿Qué hora es?Tomé el reloj de la mesa de noche mientras entrecerraba mis ojos para ver mejor. 

04:23 AM.

Otro día empezado antes.

Volteé del otro lado de la cama y me acerqué al oído de quien me acompañaba.

-Nunca me dejas dormir.

 Besé su mejilla.
Acto seguido el joven de cabello castaño abrió los ojos y me miro fijamente.

Y por qué lo haría? Su voz era algo ronca, tal cual es la voz de quien acaba de ser levantadoTú tampoco me dejas dormir.

Le acaricié el cabello pero me quitó la mano.
Realmente detesto que se ponga de mal humor cuando no eh hecho nada.

Y ahora qué te pasa? – Pregunté
Nada, es sólo que realmente me enojo cuando no puedo dormir.

Me sorprendió su respuesta.

Pero si tú me despertaste.
Perdón pero al menos tú has dormido un poco esta noche, yo ni siquiera eso. No dejo de pensarte.

Se me hizo un nudo en el estómago.

Ahora me vas a decir que eres tú el afectado, ¿no?
Pudiste haberme contestado y comprobarlo.

Después de decirme esto desapareció su recuerdo.
Díganme, ¿estoy loca? ¿perdí la cordura por darle mirada, voz y hasta cabello a mi nostalgia?

Hubiera querido llamarlo. Si no lo hice fue porque no encontré mi teléfono.

Horas mas tarde, ya al despertarme por completo vi en la cocina mi celular y con este a las 04:23 AM su llamada perdida



¿Olvidarlo?

Por muy grande que sea tu ausencia,
aquí sigues, aquí sigues...



He olvidado formulas matemáticas por más que intentaron que me las aprendiera.
He olvidado la voz de mis compañeros del jardín de niños aún cuando fueron mis primeros amigos. Olvido a veces hasta lo que hice una noche entera.

Nunca he sido mala en eso de olvidar, tengo pésima memoria. No recuerdo nombres, rostros, cumpleaños, citas, compromisos. Hasta eh olvidado el color verdadero de mi cabello.

Pero ¿olvidarlo? ¿a él?

Hay cosas que están hechas para recordarlas para no olvidarlas. Talvez no estén presentes todos los días pero ahí están, no se van.

La primera vez que me subí a una montaña rusa, cuando se me cayó un diente, cuando me escape de mi casa en la madrugada, la primera vez que vi el amanecer.

Y existen otras cosas que por más que pasen los años se quedan contigo. No es que sean algo qué “recordar”, son mejor dicho cosas que se hicieron parte de ti mismo.

Cómo sonreír o bailar, saber que les gusta a tus mejores amigos, recordar tus sueños, conocer tus miedos.

Esto es él para mi.

No es un “recuerdo” que se pueda olvidar. Es más como algo intangible que se combinó conmigo.

El listón amarillo.

A veces las historias verídicas son mejores
que las que pasan por mi cabeza.


–  Ricardo ¡qué es eso que tienes en tu mano?
– Su liston.
– ¿Liston? ¿de quién?
– De ella.
– Con “ella” te refieres a Sof..
– Sí – Lo interrumpí. Siempre he odiado la idea que otro hombre diga su nombre, así se trate de un amigo.

Al escuchar la melancolía en mi voz supo exactamente lo que tenía que hacer. Después de esa clásica palmada en el hombro que entre hombres significa “estoy contigo”, se fue.

¿Qué tienen todos hoy que se van sin decir nada?
Así lo había hecho ella una hora atrás.

– ¡Tenemos que hablar de esto. Estoy harta que te escondas tras excusas tontas!
– No lo hago Sofía, es solo que ya me cansé. – Era mentira, Sí, sí me escondía. No, no estaba cansado. Pero por alguna extraña razón solo quería que ella me dijera el por qué debíamos estar juntos y al mismo tiempo no quería escuchar ni una sola de sus palabras – Quiero que te vayas.

– ¿ Qué dijiste?
– Lo que escuchaste, vete. – pero en mi mente decía un “quédate”.

Volteó a verme con sus ojos cafés, mientras pensaba que por favor no se nos saliera a alguno de los dos una lágrima.

– Ves esto? – Señaló nuestras iniciales en el árbol en el que yo estaba recargado. Las había puesto ahí ya que fue justo donde la conocí 10 años atrás colgada de una rama.
– Por favor déjame solo. – dije ya difícilmente.

Me di la vuelta queriendo que no se marchara y al mismo tiempo ya no verla.

¿Quién dice que las mujeres son las extrañas?

Llego un momento en el que todos nuestros años juntos dieron vueltas en mi cabeza.
La quería, no sé por qué estaba haciendo todo eso, por qué insistía.

Volteé para amarrarla en un abrazo pero ya se había ido.

En la rama solo se encontraba su liston amarillo.

(via Sea of Shoes)

lunes, 20 de junio de 2011

Prefiero apostar.

Nunca he sido mucho de apostar.
A decir verdad, cuando voy al casino solo veo a mis amigos perder y ganar.
Una vez platiqué con un hombre en un casino que confesó tener un gran gusto por esto. Me dijo que entre los grandes apostadores existe una "regla" que trata que el perdedor tiene una sola oportunidad de recuperar lo perdido. 

Esto me hace ver a las apuestas de una manera distinta.
Como quisiera que tantas cosas fueran así.
Cuidando no equivocarnos, claro.
Pero somos humanos cometemos errores, y si en dado caso pasara... que nos brindaran una oportunidad, aunque todas las probabilidades estuvieran en nuestra contra, tener siquiera una pequeña esperanza de creer que se puede recuperar algo que se dio por "perdido".
Eso es menos despiadado que decir un gran NO desde el principio ¿cierto?
Esto no pasa en la vida cotidiana, esto no sucede cuando uno comete un error...

Así que tal vez prefiera apostar.


miércoles, 8 de junio de 2011

Manteniendo promesas

Tenia que poner esta historia en papel.
Por ti, por mí.



  No entiendo, Sara ¿Qué hacemos aquí o qué estamos buscando?
  ¿Bromeas? ¿no reconoces este sitio?
  Claro que lo reconozco, es sólo que no entie...
  Shh, calla ¿escuchaste eso?
  ¿Qué cosa?
  Era él, lo sé. Era su voz
  ¿Qué? ¿Quién? Sara , ¿qué pasa?

Comencé a caminar alrededor de aquel cuarto húmedo y con olor a abandonado tratando de encontrarlo, había soñado yendo a ese lugar todo el mes pasado. Caminaba en círculos y me tope con la mirada de mi amiga, estaba parada justo donde se metía un rayo grueso de luz de luna entre el techo despedazado.

  Sara me estas asustando.

Mire sus ojos ¿cómo explicarle algo que ni yo entendía?

  Espera, tienes que esperar por favor. Eres mi amiga ¿cierto?
  Sí, Sara. Claro que lo soy pero...
  Entonces confía en mi. Esto es importante, se trata de él.
  Pero Sara, él ya no esta… ¿Qué pasa? Creí que ya estabas mejor.

¿Qué explicación podía darle? Si nunca nadie había entendido.
Sí, él ya no estaba conmigo pero eso no quitaba el hecho de que continuaba aquí, ¿cierto?
En ese lugar no sentía extrañarlo. Al contrario, era como haberlo recuperado.

Un crujido rompió el silencio; fue algo fuerte pero seco. No tuve miedo, sabía que todo saldría bien.

– Vámonos ya por favor.
  Tú vete, yo me quedo.

Me pidió con sus ojos grandes que fuera con ella pero la ignoré.
Se marchó.

Cómo te hecho de menos… Quisiera que algo hubiera quedado de nosotros. De ti. Que no te hubieras llevado lo mejor de mí.

El viento sopló tanto que me hizo pegarme a la pared sólo para que la mezcla de cenizas y polvo no entrara a mis ojos.
Deje resbalar mi cuerpo de la pared al suelo y entonces la vi. Era nuestra foto, donde odiaba como salía mi cabello y donde él se veía como siempre radiante, con sus ojos miel… y otra vez su voz escuché:

  Recuerda que dijiste que sólo llorarías una semana.

No sé si lo alucine, no sé si era él.

Fantasmas, ¿creen en fantasmas? ¿Creen que él sigue aquí? Díganme que sí.
Díganme que no me dejó sola en este mundo donde ya no podré verlo.
Donde por más que intente no podré encontrarlo.

 No te vayas… otra vez   le dije. Pero ya no tuve respuesta.

No sé cómo llegué a mi casa, pero en mi cama, observando aquella fotografía amarillosa recordé que ese día cuando mi cámara capto ese momento platicando él que me preguntó algo que jamás me había imaginado, fue solo unos meses antes del incendio.

  ¿Qué harías si yo me muriera?
  Ya Luis, no juegues con eso.
  No Sara, en serio. De seguro te pondrías bien gordita, con eso de que sólo conmigo sales a correr.
  ¡Já! Pues la verdad lloraría una semana nada mas y luego se me pasaría… Pero ya no hablemos de eso, no me gustan esas preguntas

Me besó.

- No te preocupes, fue simplemente una pregunta tonta, tú y yo jamás no nos separaremos. Es una promesa

De repente caí en cuenta que estaba en mi habitación. Con nuestra fotografía entre mis manos.

Dije una semana y ya va para dos años. Lo siento, no cumplí lo que te dije aquella vez, pero sigo con nuestra promesa.